miércoles, 28 de noviembre de 2012

Un año para olvidar, en lo económico claro

Se acerca el fin de 2012, un ejercicio en lo económico para olvidar en Jaén por muchas y variadas razones, pero sobre todo por la crisis y el paro que sigue al galope sin que nadie le ponga freno ni diques de contención. Y, mientras, estamos inmersos en “debatillos” de andar por casa y en medio de una incapacidad manifiesta para crear empleo que exaspera al más pintado. ¿Son galgos o son podencos?
Reconozco que no es un asunto fácil éste de crear empleo, pero por eso, como no es coser y cantar su creación, considero inadmisible que se destruyan tantísimos puestos de trabajo a esta velocidad de vértigo y que encima se faciliten las condiciones para su despido.
No sé si es que no se sabe o no se quiere dar con la tecla, o ambas cosas a la vez, para minimizar el grave impacto y las alarmantes consecuencias que el desempleo tiene en las familias que lo sufren y, sobre todo, entre los que menos tienen y dicen que nada temen, aunque no sé hasta qué punto es válido el axioma.  En cualquier caso, que no se nos olvide que hay que dar de comer al hambriento y de beber al que pase sed y fatigas.
Y como cada final de año empieza en Jaén el trasiego de jornaleros y temporeros por calles y tajos de la provincia, aunque esta vez por mor de la escasísima cosecha de aceituna que se prevé para la mayor recolección agrícola de España este dispositivo sea más corto y haya menguado respecto a otras temporadas. Parece que al perro flaco todo son pulgas. Y digo yo que algo habrá que hacer con esa genta que malcome, subsiste a duras penas y saca su casa adelante cuan formidables magos de la chistera.
La cosa está fea y hacen falta, no digo varitas mágicas, pero sí soluciones por parte de las administraciones que sean útiles para remediar la situación de mucha gente. Si seguimos con las políticas de austeridad, de podas y de control del déficit el desangre laboral continuará. No le quepan la menor de las dudas a ustedes. Y así hasta cuándo, pregunto. Habrá que cambiar esta perversa dinámica destructora y destructiva más pronto que tarde porque no hay cuerpo que lo resista ni país que sobreviva muchos años a ella.
Por lo demás, empezamos este año mejor de lo que lo terminamos. Ya miramos de reojo a 2013 para ver si en ese año comienza la épica remontada económica que todos ansiamos. Para eso, hace falta algo más que un ejercicio de voluntarismo y de valentía, apostando más por la reactivación que por el cuadre económico de los balances.
Hay que poner en práctica eso de la política como el arte de lo posible, aunque para eso los políticos se tienen que dejar de comportar más como si fueran miembros de un consejo de administración. Ni tirar con pólvora de rey en las épocas de bonanza ni que los recortes los paguen los mismos de siempre en épocas de recesión. ¿No dicen que en el término medio está la virtud? Pues eso. Seamos virtuosos y útiles.